La Lechuza común tiene el plumaje pardo dorado claro. Su rostro es movible, le permite hacer gestos que constituyen una mímica para nosotros incomprensible que incluye varias expresiones, que nosotros percibimos como muecas. En reposo la lechuza tiene un semblante grave. Los ojos, totalmente negros, destacan mucho sobre el plumón blanco de la cara, que es muy característica por su forma acorazonada.
Tiene las alas largas, relativamente puntiagudas, con una envergadura de alrededor de 90 cm.
Sus gritos se pueden describir como ronquidos, quejidos y estertores.
Es activa exclusivamente de noche.
A las poblaciones españolas, que son residentes, se unen durante el invierno aves de otras regiones de Europa.
Su área de distribución se extiende por toda la Península y las Islas Baleares y Canarias.
es en mayo, aunque en el sur se inicia en abril e incluso antes.
Los huevos se depositan sobre el suelo, siempre en el ángulo más escondido, donde ni el estruendo de las campanas las molesta. A veces incuban en un palomar. Puede ocurrir entonces que las palomas se vayan o bien que se acostumbren al extraño inquilino.
La hembra incuba ya a partir del primero de los huevos, que suelen ser 4 ó 7 (en años de abundante comida, incluso 11), resultando después los polluelos de muy diferentes tamaños. La incubación dura entre 30 y 34 días.
Los polluelos permanecen en el nido unas 8 semanas. Durante la primera semana, la hembra continúa cubriendo a los polluelos, y el macho acarrea la comida para toda la familia. En esta época, una familia de lechuzas consume unos 100 ratones cada mes.
En años de escasez de ratones, los polluelos más débiles se retrasan pronto en el crecimiento y mueren. Entonces los progenitores los despedazan y los dan a comer a los hermanos. En años de abundancia, algunas parejas emprenden en otoño una segunda incubación.
Las aves jóvenes hacen, en parte, largas travesías. Después de haber emigrado y haber pasado su primer invierno en zona más cálida, son ya sexualmente maduras y donde críen por primera vez, allí se quedarán el resto de su vida.
Donde son escasas las posibilidades de establecer el nido, se les puede proporcionar cajas espaciosas, con entrada suficiente que permita el paso del puño, y con un ángulo oscuro.
Como ave estrictamente sedentaria, la lechuza común se ve sometida a los rigores del invierno: tan pronto la capa de nieve supera los 7 cm de altura, su situación se hace difícil y en las regiones que tienen más de 40 días de nieve al año la lechuza está en situación crítica.
Las lechuzas jóvenes se desplazan lejos y se estacionan donde se produce una plaga de ratones.
La lechuza común caza, de forma prácticamente exclusiva, por la noche. En lo más avanzado del crepúsculo abandona su refugio-dormitorio, siendo con relativa frecuencia arrollada por los vehículos de las carreteras.
Antiguamente, los graneros agrícolas le ofrecían no sólo ratones, sino también cobijo. En la actualidad, cada vez existen menos instalaciones de este tipo.
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