La Gineta o Jineta es un carnívoro de tamaño medio, perteneciente a la familia de los vivérridos, con un aspecto singular e inconfundible dentro de la fauna ibérica. De patas cortas sobre las que se levanta un cuerpo alargado, de coloración grisácea, en la que abundan las manchas o moteados oscuros que confieren a cada individuo de la especie unos rangos propios, por lo que es posible su identificación y control fotográfico. Con el examen de las características de estas manchas de la piel, la gineta está provista de una larguísima y gruesa cola, adornada con unos característicos anillos de color negro, alcanza una longitud superior a la de la cabeza más el cuerpo, lo que la diferencia claramente de un gato montés.
La cabeza de la gineta es pequeña, destacando en la misma sus pabellones auriculares, unos grandes ojos con unas características pupilas verticales adaptados para la visión nocturna y debajo de los ojos unas características manchas blancas.
La gineta cuando caza es vibrante, ágil, silenciosa y constituye todo un espectáculo de vitalidad y precisión. Su olfato y oído son muy finos, puede trepar muy bien por los árboles en busca de sus presas, pudiendo saltar de unas ramas a otras buscando el equilibrio con la cola con increíble agilidad. Al igual que el gato montés, captura a sus presas con las garras, las que cuentan con uñas retráctiles que guarda para las ocasiones vitales dentro de unas vainas. Las presas de mediano tamaño suelen morderlas en el cuello, y las devoran tras su muerte.
La gineta cuando caza es vibrante, ágil, silenciosa y constituye todo un espectáculo de vitalidad y precisión. Su olfato y oído son muy finos, puede trepar muy bien por los árboles en busca de sus presas, pudiendo saltar de unas ramas a otras buscando el equilibrio con la cola con increíble agilidad. Al igual que el gato montés, captura a sus presas con las garras, las que cuentan con uñas retráctiles que guarda para las ocasiones vitales dentro de unas vainas. Las presas de mediano tamaño suelen morderlas en el cuello, y las devoran tras su muerte.
La gineta es el único representante ibérico de los vivérridos, de modo que aun cuando hasta hace unos años se incluía dentro de los vivérridos ibéricos al meloncillo (Herpestes ichneumon) y a la gineta (Genetta genetta) hoy en día la taxonomía más moderna los incluye dentro de la familia de los herpéstidos y los vivérridos respectivamente.
Si bien se han dado varias teorías sobre la presencia de la especie en la Península Ibérica , lo que sí está claro es que es una especie que no se ha registrado en los estudios palenteológicos, de modo que su presencia en el continente europeo se ha considerado como relativamente reciente (en los últimos 2.000 años). Como en esta época Europa ya estaba separada de África se considera que ha sido el hombre el vehículo o medio del que se ha servido la gineta para su expansión en el viejo continente, considerándose, como opinión más aceptada, que la gineta era un animal de compañía del hombre, de la que éste se servía dadas sus peculiaridades para la caza de los roedores. Ha sido su capacidad para vivir y reproducirse en libertad lo que ha hecho de la especie un animal totalmente integrado en nuestra fauna autóctona.
En la etología de la especie adquiere un rango muy peculiar el marcaje del territorio, el que se realiza de dos formas principales, o bien, orinando y defecando en lugares constantes o por secreciones de las glándulas perianales, sobre objetos verticales, para favorecer la expansión del olor por el viento.
En cuanto a las madrigueras, normalmente son de 5 a 8 por individuo.
Longevidad: Entre 6 y 8 años en libertad y pueden alcanzar los 15 años en cautividad.
Celo: Tiene lugar de enero a septiembre, con un máximo en febrero-marzo, siendo el período de menor actividad los meses estivales. El celo se prolonga durante 2 o 3 días hasta alcanzar la fecundación.
Gestación: La gestación dura de 55 a 65 días.
Parto: De 1 a 4 crías, normalmente 2 o 3, que pesan al nacer unos 70-90 gramos y que nacen con los ojos cerrados. No los abren hasta los 7 días.
Duración de la lactancia: Las crías son amamantadas durante 2-3 semanas exclusivamente con leche, continuando con una dieta mixta constituida por alimento sólido y leche hasta los 3-4 meses. Entre los 6 y 9 meses alcanzan su independencia, aun cuando continúan cazando y conviviendo con la madre hasta el siguiente parto en que o se independizan o ella los expulsa de la madriguera, por temor de que ocasionen daños en las nuevas crías.
Madurez sexual: Alcanzan la madurez sexual a los 2 años.
Alimentación: La gineta preda sobre animales que van desde el conejo y liebre a los invertebrados, aun cuando fundamentalmente lo hace sobre roedores, aves (particularmente pájaros), anfibios, reptiles e insectos, también constituyen un porcentaje significativo de su dieta. Los frutos otoñales de igual modo forman parte de su alimentación (cereza, ciruela...). Las disponibilidades estacionales van a condicionar notablemente su versátil dieta.
Hábitats: La gineta es una especie esencialmente forestal, que se extiende por toda la Península Ibérica , aunque está ausente de las zonas urbanas, estepa y parajes desérticos. En la España seca sus hábitats están asociados a sotos fluviales.
Huellas: Marca junto a la huella plantar, que aparece muy bien definida, cinco dedos sin uña. Si bien en muchas ocasiones no aparecen las marcas del quinto dedo, por lo que es probable confundirla con la del gato montés, aun cuando en la gineta están más juntas las huellas digitales y es más alargada que la del gato montés.
Otros rastros: Al subir a los árboles, particularmente en los caducifolios de corteza blanda, deja marcadas las uñas en el tronco. Estas marcas se diferencian de las del gato montés en que aparecen menos marcadas en la gineta que en el gato montés y las de la gineta suelen ser más largas que las del gato montés.
Dimorfismo sexual: No apreciable por métodos normales a simple vista, sin contacto manual con el animal.
Enemigos naturales: En España sus principales enemigos son el águila real, el búho real y los grandes carnívoros como el lobo y el lince en los pocos lugares en que abunda este último.
Principales problemáticas: La destrucción de hábitats y la disminución de la población de conejos por las epizootias ha afectado notablemente a la especie, que no obstante no se encuentra en peligro. La consideración por la población rural a la gineta como una alimaña, también ha supuesto una persecución de la especie, al igual que ha sido codiciada para disecarla, por su belleza, como se ha utilizado su piel en peletería. El atropello (accidental) también es otra causa indeseada de muertes en la especie.
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