miércoles, 5 de diciembre de 2012

La Nutria



La nutria es uno de los mustélidos más fácilmente reconocibles y populares. Su alargado cuerpo está rematado por una gran cola cónica ancha en su base, pero reduciéndose gradualmente hacia su extremo, y su largo cuello por una cabeza amplia y aplanada donde se sitúan unos ojos y orejas muy discretos. En el hocico destacan unas largas y abundantes vibrisas o barbas. Las extremidades son cortas y robustas. Su pelaje, muy apretado y con densa borra interior, presenta una tonalidad pardo oscura general por todo el cuerpo, pero blanquecina en el cuello y vientre.

Es una especie ligada totalmente al medio acuático ocupa todo tipo de ríos y arroyos, embalses y lagunas, siempre con un nivel óptimo de salubridad de sus aguas y abundancia de fauna. Inicia su actividad al crepúsculo y la desarrolla durante gran parte de la noche. Su anatomía está íntegramente adaptada al buceo y persecución de los peces, imprimiendo gran velocidad a su movimiento gracias al impulso de sus extremidades y a la repetida flexión dorso-ventral de su cuerpo y cola. Dedica especial atención a la lubricación de su pelaje, valiéndose de la secreción de unas glándulas untuosas especificas para impermeabilizarlo y ofrecer la menor resistencia al agua.

Al ralentizar su contracción cardíaca logra permanecer fácilmente de tres a cinco minutos bajo el agua. Consume su alimento normalmente fuera del agua, donde adopta con frecuencia una postura erguida apoyándose sobre su cola para escrutar el entorno. No es excavadora, pero aprovecha eficazmente cavidades naturales con entrada subacuática, grandes acúmulos de vegetación, etc. donde instala su madriguera. Muy territorial, la nutria deposita sus excrementos en lugares visibles de modo que pueda advertir a congéneres competidores de la legitimidad de su propiedad .
Su dieta alimenticia se basa, en un alto porcentaje, en peces, si bien se aprovecha frecuentemente de la mas fácil captura de cangrejos de río, anfibios, huevos y crías de aves, ratas de agua, etc.


Las nutrias entran en celo prácticamente e cualquier época del hao resultando, consecuentemente, también irregular el calendario de los partos, aunque éstos no escasean en primavera. Las dos o tres crías nacidas (ciegas y sin dientes) pasan un primer período de lactancia de unos dos meses, iniciando después un sistemático aprendizaje de las técnicas de buceo y pes a cargo de la madre. Al hao de edad abandonan el territorio materno, vagabundeando a la espera de su madurez sexual y a la inclinación a fijar su propio territorio, que les sobrevendrá sobre los dos haos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario